05 de noviembre de 2012

lunes, 5 de noviembre de 2012

   Cuando parece que me voy acostumbrando a vivir por estos parajes, vuelve a surgir una nueva oportunidad de conocer otros lugares y vivir experiencias nuevas.

   La semana pasada hemos estado en California. Me ha encantado su luz, es lo más parecido a Andalucía que he encontrado desde que llegué a América. Ha sido un shock extraño, pero al mismo tiempo agradable, empezar el viaje abrigadísimos y tener que ir quitando capas conforme bajábamos, hasta terminar en mangas cortas. 

   Esta es la ruta que hemos seguido desde Calgary, en Alberta, hasta El Monte, en California.


   La primera sorpresa del viaje ha sido atravesar el Virgin Canyon. Está situado en el Estado de Arizona. Una verdadera maravilla de la naturaleza, enclavada en mitad del desierto. Es impresionante lo que ha conseguido el paso de los años y la erosión provocada por el Río Virgin.
   Hasta seis veces se llega a cruzar el río, serpenteando durante casi todo el camino junto a la carretera, unas veces en el margen derecho y otras en el margen izquierdo, uniéndose al final de su camino al gran Río Colorado, en el Estado de Nevada. 
   Siguiendo la interestatal I-15, al poco tiempo nos encontramos en Las Vegas, ya en el Estado de Nevada. Es increíble cómo puedes encontrar esa maravilla de ciudad, llena de hoteles, casinos, lujo y centros comerciales, en mitad del desierto. Todo esto acompañado de una enorme oferta de espectáculos. Nosotros vimos algunos anunciados, como por ejemplo El Circo del Sol, un concierto de Elton John, el mismísimo David Copperfield, y lo que más me dolió de todo, Gun´s and Roses, que actuaría tan solo dos días después de nosotros pasar por Las Vegas (Axl, siempre nos quedará Sevilla).                        
   No encuentro las palabras necesarias para describir nuestro paso por Las Vegas. ¿Os imagináis la Estatua de la Libertad, la Torre de Eiffel, las pirámides de Egipto, un castillo de cuento de hadas, Venecia o el mismísimo Coliseo de Roma, todo concentrado en una misma calle? Pues eso es Las Vegas.

   Además de lo que todo el mundo conoce de Las Vegas, o Sin City (La Ciudad del Pecado) como la suelen llamar, contaros que el juego y las apuestas son absolutamente legales, se puede consumir alcohol en cualquier parte de la ciudad y a cualquier hora del día (esto por lo visto es en todo el estado de Nevada), pero sin embargo está prohibida la prostitución. El Estado de Nevada prohíbe la prostitución en las ciudades con más de 400.000 habitantes, de modo que en los condados vecinos, con menos habitantes, es una práctica bastante habitual. Otra curiosidad es que las fichas de los casinos disponen de un microship oculto en su interior, por si a alguien se le ocurre la idea de llevarse alguna de recuerdo a casa.

   Seguimos nuestro camino y llegamos al Estado de California. La mezcla de climas es absolutamente demencial. Hay tanto zonas desérticas, como playas con palmeras, como inmensos cultivos de frutas y verduras. Ya de regreso, cerca de San Francisco, pasamos por los famosos viñedos de Ángela Chanin (Falcon Crest). Por más que miré, no logré ver a Richard Chanin, ni a Chase Gioberti, ni a Lance por ningún lado.
   Otra curiosidad de California es que todos los comercios disponen, en lugar bien visible, de unas instrucciones muy estrictas sobre el comportamiento en caso de terremoto. Es de agradecer, pero da un poco de canguelo.
   Si no sabes inglés y quieres viajar a Estados Unidos, este es el lugar adecuado. Hay muchísimos mejicanos, los nombres de los pueblos, las calles y avenidas, los comercios, casi todos están en castellano. 
   Además de todo esto, de haber visto de lejos el Skyline de Los Ángeles, de ver maravillosas playas repletas de palmeras y bañadas por las aguas del Pacífico, el gran descubrimiento de California han sido las Taco Van. Tan solo hemos probado los burritos, pero maaaaaadre, qué burritos. Las palabras de Borja fueron las siguientes: quiero un burrito "con todo" pero que no pique. Tenía ternera asada, cebolla, arroz, frijoles, apio y perejil. Todo esto acompañado de unos rabanitos para picar que nos regalaron por ser españoles.
   Ya estamos de vuelta en Calgary. Afortunadamente lo hemos encontrado sin nieve, porque cuando nos fuimos hacia el sur estaba cayendo la del tigre.

   Seguiré recopilando historias que contaros. Os deseo a todos Feliz Lunes.